Barriendo el patio en los días otoñales veo infinidad de hojas amarillas sobre el piso. Al salir a la calle es más abrumadora la cantidad que hay sobre la vereda al punto que uno se cuestiona ¿Cómo será posible deshacerse de todas ?; pero cada año es lo mismo y cada año no sabemos que pasa con ellas. La naturaleza, sabia amiga desde mis primeros días, me ha contado que lo que vemos en el piso no son sólo hojas. Son millones de experiencias terminando un ciclo. Cada árbol (o fuente) provee durante su vida a millones y millones de experiencias con un ciclo determinado.
Para que un ser “latente” de vida cumpla su ciclo se necesita una gran cantidad de energía.
¿De dónde sale esa energía? ¿De dónde la toma el árbol o la hoja?. Hacia dónde va la energía que latía en esa hoja mientras era verde?. ¿Cómo podría la pobre calidad de tierra que está en la vereda, contener los nutrientes para que crezca un árbol de 20 metros y se mantenga durante tantos años exteriorizando tanta vitalidad?.
La hoja en el piso cumplió su ciclo. Su manifestación física abandona la fuente que la nutre y se transformará en algo más. ¿Qué es la desintegración?. ¿Cuál es la parte mínima de una desintegración?. ¿Hasta dónde llega la partícula más pequeña?. ¿Hasta cuándo existe sobre la tierra el vestigio de su presencia?. ¿Quedará en la expresión más pequeña a la que se pueda reducir la hoja un sello de su experiencia?.
La hoja está en el piso, con su color amarillo. El amarillo que representa la madurez del conocimiento, es la sabiduría, como una muestra de haber alcanzado su ciclo exitosamente. Reparar en dicha experiencia nos puede hacer más conscientes de lo que realmente somos. La hoja es sólo un ejemplo de nuestra efímera vida. Nuestra manifestación es la hoja que nace en primavera, crece cumpliendo su función y se cae al finalizar su ciclo (se arruga). ¿Cómo es posible que seamos tan sólo la manifestación cumpliendo un ciclo?.
¿Es el árbol quien retira la energía que da vida a la hoja?. ¿Está en el “adn” de la hoja escrito el tiempo de existencia siendo el árbol el administrador de la energía que le da latencia?. ¿Es la hoja consciente de su existencia, de su función, de sus semejantes?. Y si existiera, ¿ a dónde va esa conciencia?.
Desde hoy en adelante, m
e será imposible ver sólo una hoja en el piso. Me será imposible no ver su fuente, su energía y su experiencia.
Hoy veo un poco más allá.
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