Los paralelismos de la naturaleza son tan amables... son como una charla con amigos que te dejan aprendizajes constantemente... claro si es que prestas atención.
Ilka nació en el desierto de Goby. Los colores de su mundo eran el beige de la arena y el azul límpido del cielo. El blanco de sus túnicas y el café de sus pieles. Lo más cerca que estaba de un color vivo fue cuando a los 4 años se cortó la rodilla tropezando con unas piedras, ahí conoció el rojo de la sangre.
En un viaje hacia Arad nos fuimos acercando a la costa de lago Nur. Veía a Ilka mirando constantemente el cielo...
-Papá... ¿Qué es eso blanco en el cielo?...
-Se llaman nubes hija.
-Nubes ahá... que lindo color blanco, parecen algodones, ¿pero que son?
-Las nubes son agua que se evapora y se va al cielo y luego cae en forma de lluvia.
-¡Se va al cielo... como la abuela?
-Si, como la abuela, pero ella no se ve, se que anda por ahí, pero no se ve.
-O sea que somos como el agua ¿no?
-Bueno en cierta forma si, de hecho nuestro cuerpo es un 70 % agua así que el 70% de lo que somos debería ir al cielo.
- ¿Y qué pasa luego de que vamos al cielo?
-Mmm luego de que vamos al cielo tomamos un nuevo cuerpo y bajamos nuevamente a vivir otra vida.
-¡Como el agua!
-Exacto hija. Se dice que el agua cambia de estado, pasa de estado líquido a gaseoso.
-Pero entonces ¿las nubes son agua muerta?
-No, son agua en otro estado, pero sigue siendo agua, sólo que perdió la forma en la que la conocemos.
-Entonces... ¿se podría decir que las personas no mueren, sino que cambian de forma?
-Es una analogía muy interesante la que planteas, incluso para tu edad. ¿Dónde leíste eso o quien te lo dijo?
-Nadie papá, sólo se me ocurrió, fue como una vocecita que me lo dijo aquí adentro de mi cabeza, parecida a la voz de una señora mayor.
-Me gustaría ver a la abuela allí arriba saludando.
-Ella lo está haciendo Ilka, lo que pasa es que al perder su cuerpo ella intenta saludar de formas que no conocemos. Nosotros estamos esperando ver una mano o una sonrisa, pero si no tiene cuerpo va a ser difícil verla hacerlo.
-Si claro... pobrecita, quizás se esté esforzando mucho o ya lo haya hecho de muchas formas sin que nos demos cuenta.
-Seguramente, por eso debemos estar atentos a las señales de la naturaleza ya que de ellas se valen las almas que cambian de "estado" para saludar. A veces a través de una flor que llama nuestra atención, a veces en una mariposa o pajarito que se acerca... esos son sus saludos. Así como el viento mueve los árboles... ella es como viento que mueve cosas, pero si no estamos atentos a la naturaleza, no veremos sus señales. Imagino que si pasa mucho tiempo y no respondemos a sus señales, seguramente se agoten y se vayan retirando a "hacer sus cosas de "viento".
-Que lindo... un día vamos a ser viento o nubes... ¡quien sabe no?
-Si, un día seremos libres como el viento.
Luego de un largo rato de silencio, Ilka sin parar de mirar el cielo comenta :
-¡¡¡Mira esa nube papá!!!... mira que linda, tiene forma de corazón...
-¡Ves hija!... te dije que ahí estaba tratando de comunicarse... es ella.
-¡Siiiii...hola abuelitaaaa!.. ¡te vemos!
-Si... pequeña, así es... es ella!
Francisco Tapia
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