Cuando en el ámbito espiritual se habla de Vida, hablamos de lo que el mundo científico denomina Energía electrónica; es decir “I AM” (palabra sagrada que no debe traducirse como Yo Soy) ; un dispensador cósmico de la Vida y por lo tanto, conocemos la realidad actual de esa sustancia electrónica. Lo que pasa es que, el hombre corriente considera que la Vida es una pérdida, un aburrimiento, porque no entiende la mera naturaleza de ese glorioso regalo de Vida que viene desde el corazón de Dios.
Desde el corazón de Dios son emitidos incontables billones de pequeños seres inteligentes con “sandalias aladas, brillantes vestiduras, coronas minúsculas sobre sus cabezas”... todos llevando regalos de Salud, Iluminación, Comprensión, Amor y Luz. Estos seres (electrones) son proyectados dentro del corazón de la poderosa Presencia “I AM” (identificado también como nuestro espíritu) de cada ser no ascendido (el ser humano) y constituye lo que el mundo denomina “Vida”. Ellos están ansiosamente esperando poder transitar a través del mundo de la forma humana, así como las Almas de la humanidad esperan poder reencarnar.
La Presencia (espíritu) Bendice a cada uno de estos seres miniatura -que vosotros llamáis “Electrones”- y lo envía hacia adelante (a cada personalidad humana) en una pulsación rítmica, esperando que puedan pasar a través del canal del ser personal (del ser humano), como por una puerta abierta y que den sus regalos al Universo. Desde el momento en que abandonan el Aura de la Presencia “I AM” individual (nuestra aura como personas), estos electrones son catapultados por las emociones, por los pensamientos y por la acción vibratoria de los cuerpos físico y etérico (el aura) y sus viajes dentro y hacia el Universo son completamente desbaratados por las fuerzas desintegradoras del canal descontrolado a través del cual ellos pasan (seríamos nosotros maldiciendo, prejuzgando, con miedo, pensando destructivamente, hablando destructivamente) ; sus pequeños filamentos de luminiscencia son quebrados y sus regalos(con los que llegaron de Dios mismo) son destruidos y cuando salen del cuerpo, lo hacen prácticamente sin ninguna animación en sus seres. La ininterrumpida procesión de esos seres angélicos, querúbicos y seráficos, continúa a través de todo ser humano en el planeta que vista un cuerpo físico y todos son constantes conductores de la Perfección sostenida por estos pequeños seres inteligentes que fluirán por una puerta abierta, así dando mucha alegría y gozo al Universo. Ser una puerta abierta y detener, tanto la crucifixión como el maltrato de los electrones que pasan a través del cuerpo de uno, revierte en tantas Bendiciones para la Corriente de Vida que lo hace, que donde aparece encuentra una de éstas. El Padre le confía más y más de sus diminutos mensajeros esperando que de esa manera, se puedan balancear los muchos que nunca han alcanzado su total perfección en el mundo exterior por cuenta de las vibraciones discordantes de la persona. Como consecuencia del Servicio del Amado Saint Germain, ilimitados miles de estos pequeños seres se están esforzando por pasar a través de vuestras corrientes de Vida a la actividad y si pudierais poner vuestros pequeños egos personales a un lado y permitirles que pasaran, aprenderíais Paciencia. Y conociendo el gran servicio que vuestros cuerpos prestan, estaríais dispuestos a permanecer encarnados por tanto tiempo, como los grandes seres necesitaran un conducto al mundo de las apariencias; así como ese hombre Tibetano yace sobre el abismo, con sus pies en las raíces de un árbol y sus manos al otro lado, para que los discípulos de Buda puedan pasar con toda la seguridad del caso y alcanzar a su Maestro.
Libro de los Electrones Maha Chohán Libro "El Puente a la Libertad"
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