Los Detalles de una Mañana
¿Cómo explicar o compartir la vivencia de los detalles en momentos mágicos? Tratamos de fotografiarlos pretendiendo inútilmente inmortalizarlos
Esta es una de esas mañanas, pequeños destellos brillan alrededor. El olor fresco de la estación es como gotas que despiertan a la hierba adormecida por el sofocante calor. Huelo recuerdos, cierro los ojos y me transporto a lugares que he amado. Un campo y su establo en algún verano y 7 años llenos de asombro en la casa de algún primo. La frescura de la Ruda que resaltaba al ser regada en la casa de una tía. El grito de los feriantes ientras la Albahaca me abraza sin querer abandonarme Muchos recuerdos que no me sueltan raptándome de mi cotidianeidad. Vivir entre dos mundos puede ser complicado, pero más complicado es no sentirse bendecido por los detalles y los recuerdos. Si muriera en este momento, lo haría consciente de mi suerte. Pero queda mucho por vivir, claro que sí, mucho por compartir... más que nada, por entregar, muchos mensajes que decodificar. Quizás he mirado la vida desde el prisma incorrecto, pero siento que hoy vibro en conocimiento. El viaje no ha sido fácil, pero no había otra opción, el camino estaba trazado y era avanzar o detenerse. Detenerse no es una opción. Detenerse sólo es una pausa a la misión auto impuesta, si sucede, el alma y la manifestación deberán trabajar el doble en algún otro momento. He tropezado infinidad de veces y no quiero ni pensar cuántas me quedan, pero no hay otra opción. Imagino estar siempre como esta mañana. Se que nada es diferente de ayer y ayer fue un día excelente también, los días pasan y todo a mi alrededor está igual, solo el lente ha cambiado. Es difícil fotografiarlo, parece que es sólo para quien lo vive. Nada ha cambiado, solo el estado de conciencia y la vibración interna. Ha cambiado por la necesidad de sobrevivir a una vida que yo creía agotada. Pero la vida no es nada, es un tapiz en blanco, es una película muda, sólo escenas donde suceden cosas. Nosotros tenemos la paleta de colores, la música, el ritmo el dramatismo. Desayuno con la simpleza de un hombre de campo, pan y mermelada, pero sintiéndome tan lleno de gracia que la mesa se agranda.
Por mis brazos fluye energía desbordante que desembarca en el teclado, como pocas veces la he sentido. El cuerpo se siente liviano, ¿será que la energía se está moviendo?. No soy consciente de cómo pasa, sólo de los resultados y sé que son una respuesta al enfoque, a la emoción, a la fe, a la necesidad del cambio. He viajado en este auto de años y he sido muy obstinado a veces, me he desviado del plan de ruta, aún teniendo el mapa a mano. Me he distraído y perdido muchas veces haciendo que todo se demore más de lo necesario. Es como hacer un viaje alrededor del mundo en un auto viejo, muchos contratiempos y muy estresante, pero se ve que es el último tramo, no sé, lo siento. ¿Qué son las bendiciones?, parece una palabra religiosa, no lo es, en el diccionario aparece: favor, dicha, suerte, abundancia, aprobación, congratulación, gracia, prosperidad, fortuna… todas aplican, floto en esta nube y quiero compartirlo, porque es posible, lleva tiempo, pero el tiempo es necesario para que el aprendizaje sea sólido. El tiempo se acorta si aprendemos rápido, sólo está en función de éste. La vida no es fácil, pero al final si transitaste con altura, la recompensa llega. El objetivo es crecer y hacer crecer. Emocionarse con el proyecto y compartirlo.
Cuando estamos mucho tiempo en la zona de confort y nuestro plan nos marca un camino, la vida se encarga de empujarnos a la incomodidad, a buscar la salida. Nos vamos a encontrar con muchas verdades y hay que saber discernir cuál nos vibra.
Dar el salto hacia un estado de conciencia superior implica asimilar los cambios, nutrirse y nutrir a los demás de los momentos como esta mañana. Un estado de conciencia superior es saber dónde estamos parados, saber cómo llegamos allí y saber que no tropezarás con la misma piedra, porque aprendiste. Existen varias dimensiones. Todas son estados de conciencia. Sabiduría y evolución del espíritu. Las cinco primeras son las que podemos experimentar en esta vida. La primera y segunda corresponden a los estratos nulos o casi nulos de conciencia. El encare de la vida determina tu nivel consciente o "despierto" es el termómetro de tu estado.
Estar en la tercera, te hace responder de forma primitiva a las emociones, es como si fueras las emociones en carne viva y a medida que vas cambiando de dimensión te distancias de las mismas. Se es tan consciente del cuerpo y la materia que uno se cree que es la misma. En la cuarta eres consciente de que puedes cambiar algunas cosas de tu realidad y de que tu realidad no es lo que ven tus ojos. Uno empieza a darse cuenta del poder de los pensamientos, la palabra y las emociones y los utiliza como herramientas para su mayor confort. En la cuarta ya estás mezclándote con la quinta pues se necesita de conocimiento (que pertenece a la quinta) para aplicar la magia que maneja la energía. En la quinta todo se ve cómo realmente es. Se es consciente de que vivimos en un sueño, de que es importante vivirlo para el plan universal de Dios Padre Madre. No se vive en el limbo, se vive con la misma terrenidad que en la cuarta. Los sentidos siguen activos pero se disfruta todo mucho más porque hay más conocimiento adquirido. El tiempo incluso parece diferente, es como si pasara más lento, uno está más presente y cada segundo es de conciencia. En la tercera todo es más rápido pues somos dirigidos por las emociones que vienen una tras otra. Todo el consumo de medios televisivos es una manifestación o expresión de lo que es la tercera. Emociones momentáneas, incentivos a necesidades básicas y primitivas. El tiempo es muy importante y se usa para llenarlo de estímulos. En la quinta observamos las emociones sucederse y las miramos con calma desde afuera y se utiliza el tiempo para el aprendizaje. La quinta dimensión no es un premio, es un logro individual. Es el lugar al que deberías haber llegado siempre y al que todos llegarán. Ha sido una mañana hermosa, de plena conciencia y disfrute, he estado horas y horas sentado escribiendo y todavía no termina la mañana. Esto realmente vale la pena, se siente como un niño en un parque de diversiones. El tiempo se ha detenido esta mañana para darme lugar a compartir , el tiempo se ha amoldado a lo que necesito, se ha estirado y los detalles me abrazan, me quedo observando cómo florece todo en esta mañana. Gracias por leer Editorial Entre 2 Mundos
Francisco Tapia
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